Suicide Squad está nominada al Oscar y todo el mundo ha pedido la cabeza, ¿Que hace una película tan mala allí? Si bien es cierto sabemos que la Academia en los últimos años ha estado algo carente de juicio, me parece que la inclusión del filme de DC en las nominaciones no es completamente atribuible a la locura de Hollywood.
El mérito de estar compitiendo en los premios más importantes del cine es completamente de Alessandro Bertolazzi, Giorgio Gregorini y Christopher Nelson, artistas del maquillaje que lograron traer a la vida -al menos visualmente- a estos villanos. Suicide Squad está nominada a Mejor Maquillaje y peinado, una categoría 100% técnica que nada tiene que ver con su horrible guión y absurda lógica narrativa.
En efecto los vestuarios y el maquillaje en Suicide Squad no están mal, de hecho, me atrevería a decir que su apariencia en los tráilers contribuyó a crearnos expectativas que luego el film mataría tan rápido como a Slipknot.
Los premios de la academia están pensados para reconocer y dar status a las películas, sin embargo, en el caso de las cintas de superhéroes son un triste -y no intencionado- llamado de atención. Estamos viendo ya sea con Marvel o con DC que los productos que nos entregan se están quedando en pura estética y nada de contenido. Basta con pensar en la flamante nominada, Suicide Squad, lo que quedó no fue su mensaje -si es que alguna vez tuvo uno- o por último la historia de un personaje, sólo prevaleció el look del Joker y Harley Quinn.
Sin desmerecer el talento de aquellos artistas del maquillaje o del CGI, las películas no se pueden sustentar sólo en un par de explosiones y trajes geniales, menos cuando tendremos que ver por lo menos 20 películas de superhéroes en los próximos 5 años.
Ni en el cine ni los comics han conseguido arraigar personajes e historias sólo por sus apariencias, en efecto la mayoría de los trajes de película íconos que han trascendido lo han hecho porque hay un guión -controversial o no- detrás que deja algo en la audiencia. Acaso alguien ha dicho “¡¡Oh mira qué bonitos los colores Superman, creamos en él!!”, nadie ni en la Tierra 1000.
Pero claro Warner tijeras locas y Marvel con sus chistes, creen tener las gallinas de los huevos de oro y no harán nada por cambiar las cosas mientras sigan ganando cifras exorbitantes de dinero por filmes narrativamente mediocres.
No obstante, no pierdo la esperanza de que algún día una película de superhéroes se atreva a ser diferente, a contar una historia que no sea binaria ni envasada a ir más allá de los golpes y enfrentamientos. Darnos algo de contenido cuando hay tantas cosas en el mundo que los héroes pueden tratar a través de sus historias en vez de ser una versión extendida del reality de maquillaje “Face Off”. A ver si así algún día un personaje de cómic -¡vamos Aquaman!- logra ganar esa estatuilla dorada.