Sutilezas, de eso va la forma en que la directora chilena Marcela Said presenta su película Los Perros (2017). Mediante la composición total de su obra que mezcla con lenguaje cinematográfico, guión, construcción de personajes y sujetos, musicalización y montaje, el subtexto del caso omiso que hace la élite chilena ante la historia, los crímenes de los derechos humanos, las injusticias, e incluso el mismo machismo. Es en subtextos, escenas y referencias; Said indica que nada es al azar en su cinta y por lo tanto es un arte político. Esto lo deja más claro con sus personajes principales, y la alegoría que hace sobre los perros, los hombres y el patriarcado.
La película nos muestra a su protagonista llamada Mariana Blanco (Antonia Zegers), hija del dueño de una forestal, que vive de forma acomodada junto a su esposo, padre y conocidos. Ella es la única mujer con un rol principal en la cinta. Una mujer rodeada de hombres, y que se somete a las presiones patriarcales de su mundo. Protege a su padre y es cómplice de sus acciones, tolera los regaños y humillaciones de su marido, aguanta insultos y el machismo presente por parte de otros hombres: del vecino que le grita y amenaza con matar a su perro, hasta su maestro de equitación. La protagonista incluso se somete a un tratamiento para quedar embarazada, y se mantiene así durante toda la cinta.
La vida de Mariana parece llevar un cambio a mitad de la trama pues se rebela, sin embargo, vuelve a someterse a estas ideas, al perder en su intento de rebelión contra lo establecido. Mariana se vuelve a doblegar ante las normas, a la sumisión, poder, violencia y complicidad en el que ha vivido. Una mujer rodeada de hombres, que espera que la mujer cumpla con sus roles sociales y a la vez recibe órdenes, porque si no lo hace se le castiga, todo eso a modo de gritos que pueden asemejarse a ladridos, por aquella razón, la cinta lleva el nombre de Los Perros. Mariana es la alegoría de la mujer que en algún punto decide someterse, pues el poder económico y la vida tranquila que mantiene, su imagen social, equivale más que otra cosa.
El giro que tiene este sujeto femenino, es cuando descubre que su profesor de equitación, llamado Pedro (Alfredo Castro), es un ex coronel procesado por crímenes contra los derechos humanos, pues jugó un rol como integrante de la DINA durante la dictadura militar chilena. Mariana por curiosidad decide averiguar la historia de su profesor con la dictadura y los crímenes que cometió en ese pasado, y al saberlo parece no importarle. A Mariana le toma sin cuidado e incluso establece una relación sentimental con él. Por otro lado, el personaje de Pedro representa a todos los militares y cómplices “pasivos” de la dictadura. Son aquellos que no se arrepienten de lo que hicieron, y están dispuestos a hacer cualquier cosa con tal de no perder el estatus y beneficios que la dictadura les ha dado.
La película Los Perros habla en sí misma sobre la violencia institucional y patriarcal, y que ambas son lo mismo. Ambas se mantienen en lo alto del estatus quo porque encuentra cómplices y testigos entre civiles. Este mensaje artístico y político también se demuestra en los elementos, tomas, montajes, y todos los elementos con los que construye el lenguaje cinematográfico: como las canciones de Camilo Sesto haciendo referencia a la idea de ser amantes, o las fotografías de monstruos hechos de carne de Gabriela Rivera Lucero, o la pintura Laura y los perros de Guillermo Lorca García-Huidobro. Dichas señales reafirman lo dicho una y otra vez: todo es político, el arte también lo es y mantiene una distancia de lo normativo y del poder al colocar en formas sutiles todos estos elementos. Porque en cierto modo, muestra el modo en que el patriarcado trata a las mujeres, presenta a la élite como cómplices de la violencia y hace una crítica de su forma de ser, y actuar.